Comentario de música
Crítico: Mario Córdova
Cuando el Cuarteto Attacca (EE.UU.) debutó en la Temporada Internacional de la Fundación Beethoven 2019 su formidable actuación fue un verdadero sorpresón, ya que nuestro medio sabía poco o nada de este grupo. Percibiendo aquella intervención como una embestida artística de inesperada calidad, jugando con las palabras, este columnista escribió un comentario que tituló “Attacca al ataque”. El conjunto volvió a la misma temporada, al mismo Teatro Municipal de Las Condes y, digámoslo sin rodeos, lo suyo fue un contraataque. Para quienes se lo perdieron hace cinco años y esta vez se sintieron maravillados con su excelencia éste fue el momento del remate, de la coronación. Sin la formalidad de otras agrupaciones de su tipo, los jóvenes integrantes de Attacca vistieron cada uno a su pinta y, en sus palabras al público, uno de ellos, luciendo un mameluco-buzo, se refirió a lo buena que es la cazuela chilena. Su nueva artillería musical volvió a ser de alta gama, con un arsenal iniciado con un cuarteto de Haydn, el padre fundador de esta forma de hacer música de cámara. Y qué mejor partida para el programa, en que el grupo se mostró por entero, en perfecta conjunción sonora de pureza, pasando con entera amabilidad y gracia por los cuatro consabidos movimientos que impone el clasicismo vienés. Si en Haydn hay profundidades expresivas que se advierten dominadas por un optimismo iluminado, en la siguiente pieza de Mendelsoohn éstas ocupan una delantera de angustia, incluso ira, reflejo de cuan dolorido estaba el compositor por la cercana muerte de su querida hermana al concebir esta obra. Pese a momentos en que surgen sus típicos scherzos, aparentemente alegres, el conjunto supo interpretarlos magistral y justamente con la agitación de las hondas tristezas. Más profunda en expresividad, más compleja y más extensa fue la obra final del programa: el Cuarteto N°14 de Beethoven. Son cuarenta minutos y no cuatro sino siete movimientos en cuyo tránsito el conjunto visitante ascendió a alturas extremas de calidad. Basta señalar como testigo lo que fueron las variaciones serias del cuarto movimiento, la rica melodía del quinto y el inquieto ritmo galopante del final. Nueva nota máxima para el Cuarteto Attacca y para la Fundación Beethoven, por su buen ojo al traerlo de regreso.