DÚO DE EXCELENCIA INAUGURA TEMPORADA BEETHOVEN
Gilberto Ponce Vera
La Temporada Internacional de Conciertos Fernando Rosas 2019, que organiza la Fundación Beethoven, tuvo un excelente comienzo con la presentación del estupendo dúo que integran Leonard Elschenbroich en violonchelo y el pianista Alexei Grynyuk, quienes demostraron enorme musicalidad, técnica pasmosa y un afiatamiento propio de aquellos que llevan largo tiempo tocando juntos.
Llegaron hasta el Teatro Municipal de Las Condes con un programa de gran belleza y dificultad, dejando muy en claro su musicalidad y enfoque estilísistico, todo más allá de su perfecta técnica.
En la primera parte interpretaron dos sonatas de Ludwig van Beethoven, primero la Sonata N.º 1 en Fa mayor, Op. 5 que se encuentra entre las llamadas tempranas, donde que queda en evidencia la condición de pianista del compositor, por la importancia que le otorga al teclado, a ratos pareciera una gran sonata para piano con chelo agregado, pero no olvidemos que estas obras son el comienzo del trabajo del autor en esta combinación.
Los artistas abordaron sensiblemente la introducción, siendo evidente su manejo del balance instrumental, luego al abordar el Allegro mostraron sólidos fraseos y precisas articulaciones en diálogos perfectos.
El segundo movimiento Rondó, lo enfrentaron con gracia y refinado virtuosismo, mientras que la sección central que muestra un carácter más popular, se destacó por el manejo de los contrastes dinámicos, es necesario destacar la perfecta y virtuosista digitación de Grynyuk.
El peso interpretativo cambió notablemente en su versión de la Sonata N.º 3 en La mayor, Op. 69 en ella Beethoven ya le otorga al chelo una mayor gravitación, por ello es que los diálogos entre ambos instrumentos poseen gran contundencia, llegando a notable grados de expresividad demostrativos del estilo beethoveniano.
Beethoven introduce un cambio en el segundo movimiento al colocar un Scherzo en su lugar, el que recuerda temas húngaros, que permitieron a los visitantes a mostrar todo su espléndido virtuosismo, en poderosos forte o sutiles piano, maravillando por el suspendido final.
El tercero Adagio cantábile- Allegro vivace, mostró al inicio el expresivo canto del chelo de Elschenbroich, complementado con la musicalidad del piano, un juego de contrastes llegó con el Allegro, que exige al máximo del pianista. algo para lo que Grynyuk respondió magistralmente, la expresividad de ambos conmovió completamente al público que les ovacionó con el mayor entusiasmo.
En la segunda parte ofrecieron una estupenda versión de la Sonata en Fa mayor Op. 6 de Richard Strauss, obra que escribiera antes de cumplir 20 años y única obra para esta combinación, aunque pudiera pensarse que se trata de una obra liviana, nada más alejado de ello, pues es sólida en su estructura, y aunque acusa algunas influencias como la de Mendelssohn, en ella aparecen muchos indicios del lenguaje que desarrollará posteriormente su autor.
Elschenbroich y Grynyuk la abordaron con el peso propio del romanticismo que anticipa el estilo que vendrá, sonido amplio y casi siempre poderoso, con expresividad más desbordante.
Encontramos con carácter bastante heroico el primer movimiento Allegro con brío, que exige de gran virtuosismo de sus intérpretes, la versión fue a ratos arrebatadora y expresiva.
El Andante no troppo que sigue, tiene una estructura que recuerda el lied, una de las formas cultivadas por Strauss, los intérpretes rescataron su carácter íntimo en el diálogo entre ambos instrumentos, posteriormente el desarrollo se va haciendo más complejo y oscuro, desarrollando una tensión y expresividad que logró suspender de emoción al público.
El final Allegro vivo, ya muestra una estructura bastante libre y de fervorosa expresividad, permitiéndoles desarrollar progresiones dinámicas y expresivas de gran efectividad, realizadas como si se tratara de un juego.
El público estalló en ovaciones, llevándolos a ofrecer un movimiento de Rachmaninov que cerró este círculo de exquisita calidad que ofrecieron Leonard Elschenbroich y Alexei Grynyuk.