Hace 27 años fundó Europa Galante , conjunto que impuso una nueva manera de entender y de tocar la música del Barroco y del Clasicismo. Este martes, en Santiago, interpretarán «Las Cuatro Estaciones» de Vivaldi.
ROMINA DE LA SOTTA DONOSO
Será la primera vez que actúen en nuestro país. Llegan con 36 discos y decenas de premios, entre ellos, tres Diapason d’Or. Cuando Fabio Biondi (1961) fundó Europa Galante, en 1990, impuso un nuevo punsto de vista en la interpretación histórica. Se han presentado en todas las salas importantes del mundo y han rescatado un sinnúmero de composiciones y óperas, con gran aceptación del público.
La temporada de la Fundación Beethoven los trae ahora a Chile. Este lunes darán un concierto para estudiantes en el Teatro Centro Cultural Carabineros de Chile y el martes actuarán en el Teatro Municipal de Las Condes (Fundacionbeethoven.org).
Igualmente, se presentarán en la Viña Santa Rita, en Alto Jahuel: el miércoles ante escolares y el jueves para público general (Museoandino.cl). Además, Biondi dará una clase magistral en el Instituto de Música UC.
El plato fuerte de sus conciertos será «Las Cuatro Estaciones» de Vivaldi. Biondi dirigirá la obra desde el violín solista. «Ya no las tocamos como al principio, por conocimiento y por evolución humana», comenta, en perfecto español, el artista desde Valencia, donde reside ahora que es co-director musical del Palau de les Arts. «Los descubrimientos sobre la articulación de los últimos años han sido muy importantes. Al inicio tocábamos muy articulado y muy corto, pero hemos comprendido que no se tocaba solamente así, y ahora podemos presentar esta música de forma no tan radical como al principio, pero un poco más clásica», dice.
«En estos 30 años muchas cosas han cambiado. Hemos relativizado la idea de una reproducción de la autenticidad, pero buscamos una idea más próxima al compositor, sobre todo en el sonido, en la forma de ver el fraseo musical, y respetando los tratados de época. Tocando con instrumentos de época, por supuesto, pero sin olvidar, cosa que al principio no era tan clara, que somos hombres del siglo XXI y que eso lo filtra todo».
-¿A qué se debe que «Las Cuatro Estaciones» de Vivaldi sea tan, pero tan famosa?
«Es una pieza increíble y maravillosa, siempre la hemos tocado con mucho entusiasmo, pero yo mismo me pregunto por qué pasó esto con ‘Las Cuatro Estaciones’ y no con otros Conciertos que son de la misma calidad. Creo que es algo casual. En todo caso, la música programática suele ser atractiva, especialmente cuando reproduce la naturaleza. Sin embargo, más que pájaros y tormentas, yo veo amor, rabia y fragilidad y por eso la llamo ‘Las Estaciones del Alma'»(ríe).
El hit de Vivaldi, que también es el hit del Barroco veneciano, será contrastado con tres piezas cumbre de la otra escuela barroca italiana esencial: la romana. Se trata de tres Concerti Grossi , forma concertante en que un trío o cuarteto hace la parte solista, y una orquesta de cuerdas hace el acompañamiento.
Partirán con el Concerto Grosso Op. 6, N°4, en Re Mayor, de Arcangelo Corelli, compositor que fue el más reeditado antes de que apareciera Haydn. «Es un imprescindible, porque es el padre del violín del siglo XVIII y desarrolló hasta la perfección la forma del Concerto Grosso «, apunta Biondi. Los otros dos elegidos son alumnos de Corelli. De Francesco Geminiani tocarán su Concerto Grosso Op. 3, N°2 en Sol Menor.
De Pietro Locatelli, en tanto, presentarán su Concierto Grosso Op. 1, N°5: «Paganini, muy joven, empezando su carrera de violinista, decía ‘Quiero ser más virtuoso que Locatelli’. A fines del siglo XVIII, Locatelli era la referencia del virtuosismo en el violín. Sin embargo, dejó su carrera para quedarse en Ámsterdam y difundir la música con una gran biblioteca y organizando conciertos para amateurs «.
-Usted ha dicho que lo fundamental es buscar el lenguaje original de la música. ¿Cómo ha sido ese camino?
«Hemos profundizado en eso. Al principio se han cometido varias equivocaciones; no se ha considerado cuán importante fue la improvisación ni que esta fue un marco distintivo de la calidad de los intérpretes en los siglos XVIII y XIX. La ornamentación es transformar un fraseo musical y hacerlo más bello, pero hay que conocer su tipología y contextualizar cada caso, pues cuando el fraseo original es muy bello hay que respetarlo; existen melodías tan bonitas, que no se pueden ornamentar».
El Mercurio, Domingo 30 de Julio 2017