La Fundación Beethoven apuesta por los virtuosos hermanos Chooi

El próximo martes, en el Teatro Municipal de Las Condes, Timothy y Nikki Chooi ofrecerán un contrapunto entre el repertorio barroco y el romántico.

Romina de la Sotta Donoso
Cuando el violinista Timothy Chooi (1993) vino como solista en la gira por Chile de la Youth Orchestra of the Americas (YOA), en 2012, su virtuosismo tuvo tal impacto, que la Fundación Beethoven apostó por él dos años después, programándole un recital con Luis Alberto Latorre.

El músico canadiense, quien se tituló hace dos semanas en el Curtis Institute, recuerda ambas experiencias. «Fueron memorables. El público chileno es cálido y le interesa genuinamente escuchar música en vivo. Mi experiencia con Luis Alberto fue completamente increíble; es uno de los pianistas más asombrosos con los que haya trabajado. Adoro su sensibilidad y energía», comenta Timothy Chooi.

«Sé que estoy en una etapa temprana de mi carrera, pero he podido explorar muchos tipos de repertorios y sé cuáles me sientan mejor», agrega.

El violinista vuelve ahora a la temporada «Fernando Rosas», de la Fundación Beethoven. El lunes 12 de marzo protagonizará un concierto para estudiantes y el martes 13 se presentará en el Municipal de Las Condes.

Para este retorno, convenció a su hermano mayor de que lo acompañara. Nikki Chooi (1989) es un violinista tan virtuoso, que James Levine lo eligió como concertino de la orquesta del MET de Nueva York para la temporada 2016-2017. «Fue algo asombroso. Toqué en 15 óperas, dos de ellas bajo la dirección del maestro Levine, quien es un gran ser humano», cuenta Nikki Chooi.

«Me entusiasma ir a Chile por primera vez. Mi hermano sigue delirando con la gente increíble y la belleza del país. Además, me alegra que vayamos especialmente para tocar música de cámara. Es algo que eché de menos en el MET», agrega. Y destaca: «Es muy especial tener un músico tan talentoso como hermano. La personalidad artística de Timmy es intensa y emotiva».

En sus conciertos en Santiago se integrarán varios músicos locales: un piano, dos violines, dos violas, un chelo, un contrabajo y un clavecín. «Con mi hermano diseñamos un programa que destacará a los dos violines y que ofrecerá emociones contrastantes. Por eso mezclamos piezas del Barroco temprano con obras románticas. ¡Queremos que el público se ponga de pie!», adelanta Timothy Chooi.

En la primera parte tocarán una Suite para dos violines y piano, de Moritz Moszkowski; una Chacona, de Tomaso Antonio Vitali, y una Fantasía sobre «Carmen», de Franz Waxman. Esta última, adelanta Timothy Chooi, «es realmente virtuosística y mostrará todo el talento de mi hermano mayor».
Y confiesa que «la Chacona de Vitali ocupa un lugar especial en mi corazón, pues fue una de las primeras obras que escuché de niño. Él solo escribió el primer tema de esta pieza, y recién en el siglo XIX, Léopold Charlier convirtió esa simple melodía en una composición exquisitamente dramática. La pieza de Moszkowski, en cambio, es profundamente romántica y contiene melodías muy bellas. Es el opuesto absoluto del estilo Barroco».

Cerrarán la primera parte con «Navarra», de Pablo de Sarasate, una de las piezas para violín y piano más famosas que se hayan escrito.

La segunda parte del programa reúne el Concerto Grosso N° 12, «La Follia», de Geminiani; el Concierto para dos violines en La Menor, Op. 3 N° 8, de Vivaldi, y el Concierto para dos violines, cuerdas y continuo en Re Menor, de Bach.

La pieza de Vivaldi es uno de los 12 Conciertos para instrumentos de cuerda que publicó en el famoso «L’estro armonico». «Lo elegimos porque contiene dos solos de violín. Vivaldi es uno de mis compositores favoritos y el padre de la interpretación en violín», asegura Timothy Chooi.


El Mercurio, Viernes 09 de Junio 2017